
A los 14 años ordenó que Andrei Chuiski, jefe del clan más influyente de Rusia, fuera arrojado a los perros hambrientos.
En 1555 ordenó la construcción de la iglesia de San Basilio de Moscú, y quedó tan complacido con la obra que mandó dejar ciegos a los arquitectos para que no pudieran proyectar nada más hermoso.
En 1570 marchó sobre la ciudad de Novgorod al frente de un ejército de 15.000 hombres arrasándola y dando muerte a miles de personas (se habla de 25.000 a 60.000) llegando incluso a arrojar a decenas de niños a las aguas heladas de un río cercano, por el simple hecho de "disfrutar" viendo el espectáculo.
El 14 de noviembre de 1581, en acceso de ira, mató a bastonazos a su propio hijo y sucesor Iván Ivanovich.
Por todo esto, y muchas cosas más, pasó a la historia como “Ivan el Terrible”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario