Tiene una presión 92 veces mayor que la de la tierra, lo cual significa que si estuviéramos sobre él sentiríamos una carga aplastante sobre nuestros hombros, como si nos encontráramos a un kilómetro bajo la superficie del mar. Y a esto debemos agregar que es un auténtico horno de fundición, ya que la temperatura en la superficie es de unos 482 grados centìgrados y en las zonas cercanas al Ecuador puede llegar hasta los 500, esto se debe a un efecto de invernadero causado por la pesada atmósfera y el dióxido de carbono. La luz solar atraviesa la atmósfera para calentar la superficie del planeta. El calor es radiado de nuevo hacia el exterior pero es atrapado por la densa atmósfera y no puede escapar hacia el espacio, lo cual lo hace un auténtico infierno.
Las nubes que cubren este planeta están compuestas por gotas de ácido sulfúrico. Un auténtico veneno. La topografía Venusiana está compuesta por vastas llanuras cubiertas por ríos de lava. Los volcanes y fenómenos volcánicos están a la órden del día. Al menos el 85 % de la superficie de Venus está cubierta por roca volcánica. Hay grandes líos de lava, que se prolongan por cientos de kilómetros, destacando uno de ellos con casi 7,000 kilómetros de longitud. Hay más de 100,000 pequeños volcanes y cientos de grandes de ellos. Además la superficie del planeta está muy afectada por los impactos de meteoritos, la mayoría de ellos de más de 2 kilómetros de longitud.
Un día Venusiano tiene una duración de 243 días terrestres, y dura más que uno de sus años: dar una vuelta sobre sí mismo le lleva 243 días terrestres. Y para completar las curiosidades de este planeta, quiero decirle que el sol sale por el oeste y se pone por el este. Exactamente al revés que en la tierra.
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