domingo, 6 de julio de 2008

EL DIA QUE LLEGARON LAS LLUVIAS


Se cuenta que en el poblado de Las Castañas, México, en 1833 se presentó una sequía espantosa. De nada sirvió el sacar el Santo Patrono en procesión solicitándole un buen temporal. Aquello se volvió un infierno con todos sus agravantes, por lo cual el Alcalde dio a conocer la siguiente proclama:
Punto No. 1: Si en ocho días desde la fecha, no llueve abundantemente, nadie irá a misa ni rezará.
Punto No. 2: Si la sequía dura ocho días más, serán quemadas las iglesias, conventos y capillas.
Punto No.3: Si tampoco llueve en otros ocho días, serán degollados los clérigos, frailes, monjas, beatas y santurrones.
Además de todo lo anterior se conceden facultades para cometer toda clase de pecados, para que el Supremo Hacedor entienda con quién tiene que vérselas".La noticia fue publicada en el diario La Libertad.
Seguramente Dios se sintió amenazado y la cosa no pasó a mayores, ya que al día siguiente llegó la lluvia.

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