Allá por el año 1040, en la ciudad de Coventry, Inglaterra, una hermosa mujer llamada Godiva estaba casada con el duque Leofric. Eran una buena pareja. Juntos construyeron el Monasterio de Coventry, y el duque era tan buen administrador que logró que el pueblo fuese creciendo hasta convertirse en uno de los más importantes de la región. Pero la ambición fue corrompiendo poco a poco al duque Leofric, quien comenzó a elevar el monto de los tributos, hasta provocar el descontento de la población.
Godiva, no estaba al parecer no estaba muy al tanto de la situación; más siendo una mujer tan noble, gustaba de acercarse a la gente del pueblo, y fue así como se dio cuenta de la gravedad de lo que estaba pasando. Lady Godiva era muy apreciada y respetada, por ello los ciudadanos se acercaron a ella y le pidieron que influyera en el duque para que bajara los impuestos que los estaban colocando en una situación desesperada.
Ella prometió hacer cuanto pudiera, auque no tenía atribución alguna para cambiar por ella misma semejantes disposiciones. Más el compromiso moral que tenía con la gente humilde, la impulsó a buscar una solución favorable para el pueblo, ante su ambicioso marido. Más el duque no estuvo de acuerdo con la solicitud de su esposa. He incluso hizo mofa de la actitud benevolente y altruista de su mujer. Más ella no cedió, e insistió en el tema una y otra vez, pese a que Leofric se rehusaba a tratar el punto.
Harto de la cantaleta de su mujer, le dijo en tono irónico que aceptaría rebajar los impuestos, si ella se atrevía a pasear desnuda montada a caballo por la calle principal de la población. Obviamente el duque jamás creyó que Lady Godiva se atrevería a semejante cosa. Por supuesto que el reto era totalmente fuera de lugar para una dama, y mucho más para alguien de su posición, más ella lo aceptó.
La gente del pueblo supo lo que iba a hacer Lady Godiva en su favor. Y cuando ella salió a la calle totalmente desnuda y montada en su caballo blanco, cubriendo sus pechos y vientre con su largo pelo, todos se metieron a sus casas y cerraron puertas y ventanas en señal de respeto, para no avergonzarla.
Según cuentan, sólo la vio un indiscreto, a quien a partir de entonces le apodaron “Tom el fisgón”
Por su parte el duque, ante la audacia y atrevimiento de su mujer, se vio forzado a cumplir su promesa y se bajaron los impuestos.
Si esta es la forma de bajar los impuestos, creo que sería muy buena idea motivar a nuestras mujeres para que salieran desnudas a la calle para presionar la baja de impuestos. ¿No le parece?
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