
La grandeza de los hombres se presenta hasta en los más mínimos detalles.
2. En otra ocasion una madre llevó a su hijo ante Mahatma Gandhi solicitándole que lo reprendiera por comer azúcar. Gandhi cayó unos momentos. Después, moviendo asintiendo con suavidad con un movimiento de cabeza, le dijo a la madre: Tráigame a su hijo dentro de dos semanas.
Aquella mujer no entendió el porqué de la petición, más sabiendo que venía de un hombre sabio, acató la dispposición y se marcho a casa. Dos semanas después volvió ante Ghandi llevando a su hijo. el gran Mahatma miro con benevolencia, pero con la autoridad que le confería su edad, y le dijo: "Hijo, ya no comas tanta azúcar". El muchacho aceptó la indicación y su madre, perpleja, pero agradecida le pregunto a Ghandi: ¿Porqué debió de haber esperado dos semanas, si eso pudo habérselo dicho desde el momento en que lo traje por vez primera?. A lo cual Gandhi respondió: Es que dos semanas atrás, yo estaba comiendo azúcar.
El buen juez, por su casa empieza!
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