sábado, 12 de julio de 2008

LA BACANAL ROMANA

Hace más de 2000 años, los griegos adoraban al dios Dionisio como su dios del vino y de la vegetación, al cual posteriormente los romanos llamaron Baco y le celebraban un ritual festivo-religioso que consistía en un gran festín del que disfrutaba la alta sociedad del imperio. Era una gran comilona en la cual los esclavos no dejaban de llevar manjares a la mesa. Una especie de cocina internacional, ya que la comida era muy variada, yendo desde ostras de Gran Bretaña hasta gambas españolas, pasando por pavos de la India y manjares procedentes de todos los países conquistados por Roma. Todo esto se acompañaba de mucha fruta y por supuesto de buenos vinos.
A un lado de la sala donde acudían los comensales estaba un lugar llamado vomirotium, al cual iban los invitados cuando sus estómagos parecían reventar de tanto exceso de comida. Allí se introducían una pluma en la garganta, sus propios dedos o los dedos de un esclavo, para poder arrojar todo lo que habían ingerido previamente. Para luego regresar a la mesa y continuar con la orgía grastronómica.

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