Es común que aparezcan en las comunidades indígenas africanas tipos muy bien vestidos, con ropa deportiva y apariencia muy exitosa que proponen a los padres de familia que les entreguen a sus hijos para darles trabajo en la ciudad, y éxito; con lo cual los pequeños podrán luego enviar buenas remesas de dinero a sus padres. Y como muestra de su gran voluntad les entregan una miserable cantidad de dinero a los progenitores.
Es así como se calcula que han secuestrado a más de 200 000 niños rurales, mismos que luego son vendidos como esclavos, para ser sometidos e tremendas condiciones de explotación, en viviendas de gente rica en las ciudades o incluso en plantaciones de cacao o café en otras ciudades.
Algunos menores que logran escapar de sus captores regresan contando historias atroces, donde mal se les da de comer, los hacen trabajar de sol a sol sin tener algún día de descanso y los castigan a golpes y latigazos.
Muchos de esos adolescentes jamás pueden regresar con su familia, por lo cual cuando logran escapar, los jovencitos se dedican al robo y las jovencitas a la prostitución.
La organización de Naciones Unidas para la infancia, Unicef, asegura que cientos de miles de mujeres, jóvenes y niñas, son vendidas cada año para el mercado de la prostitución tanto en India como en Tailandia o son comercializadas como 'novias' para arreglar matrimonios.
Se estima que en los últimos 30 años más de 30 millones de mujeres, niños y niñas han sido condenados a la esclavitud y explotación sexual en Asia.
Es así como se calcula que han secuestrado a más de 200 000 niños rurales, mismos que luego son vendidos como esclavos, para ser sometidos e tremendas condiciones de explotación, en viviendas de gente rica en las ciudades o incluso en plantaciones de cacao o café en otras ciudades.
Algunos menores que logran escapar de sus captores regresan contando historias atroces, donde mal se les da de comer, los hacen trabajar de sol a sol sin tener algún día de descanso y los castigan a golpes y latigazos.
Muchos de esos adolescentes jamás pueden regresar con su familia, por lo cual cuando logran escapar, los jovencitos se dedican al robo y las jovencitas a la prostitución.
La organización de Naciones Unidas para la infancia, Unicef, asegura que cientos de miles de mujeres, jóvenes y niñas, son vendidas cada año para el mercado de la prostitución tanto en India como en Tailandia o son comercializadas como 'novias' para arreglar matrimonios.
Se estima que en los últimos 30 años más de 30 millones de mujeres, niños y niñas han sido condenados a la esclavitud y explotación sexual en Asia.
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