El escritor inglés, Bulwer Lytton, más conocido por su novela “Los últimos días de Pompeya”, publicó en 1871 un curioso libro titulado: “La raza que vendrá”, y en él cuenta sobre un extraño viaje al interior de la Tierra, ocurrido a principio del siglo XIX, comenzado en unas minas abandonadas en Inglaterra, desde las cuales, y a partir de una galería subterránea secreta, el protagonista de su novela llega a un mundo subterráneo, habitado por unos hombres de una mente súper-desarrollada que el protagonista llega a considerar como semidioses, y que poseen una energía que supera lo imaginable, denominada energía Vrill.
Según la novela de Lytton, su capital Shamballah, se hallaba en el interior de la Tierra. Los antepasados de esos seres procederían de la superficie exterior de la tierra, habiendo encontrado el acceso a su interior tras terribles terremotos y cataclismos en la superficie exterior del planeta.
En 1816 todos los miembros del Congreso de los Estados Unidos, los rectores de muchas universidades y varios letrados y licenciados de varios estados, recibieron una extraña carta. Estaba firmada el día diez de Abril de 1816 en Saint Louis territorio de Missoury por el capitán de infantería John Cleves Symnes y, se dirigía a los más altos estamentos de la joven nación, en los siguientes términos:
Aunque obviamente, el “Mundo” rechazó la generosa oferta de Symnes, éste popularizó numerosas conferencias y tuvo un gran impacto en la opinión pública de la época e incluso llegó a hacer una modesta carrera política; dejando a su muerte numerosos apuntes y un pequeño modelo de madera de la “Tierra Hueca”, que se exhibe actualmente en la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia.
Hasta el momento nadie ha dedicado ni el más mínimo esfuerzo para corroborar lo dicho por Symnes. La gente supuso que lo único que estaba hueco era su cabeza.
Según la novela de Lytton, su capital Shamballah, se hallaba en el interior de la Tierra. Los antepasados de esos seres procederían de la superficie exterior de la tierra, habiendo encontrado el acceso a su interior tras terribles terremotos y cataclismos en la superficie exterior del planeta.
En 1816 todos los miembros del Congreso de los Estados Unidos, los rectores de muchas universidades y varios letrados y licenciados de varios estados, recibieron una extraña carta. Estaba firmada el día diez de Abril de 1816 en Saint Louis territorio de Missoury por el capitán de infantería John Cleves Symnes y, se dirigía a los más altos estamentos de la joven nación, en los siguientes términos:
Aunque obviamente, el “Mundo” rechazó la generosa oferta de Symnes, éste popularizó numerosas conferencias y tuvo un gran impacto en la opinión pública de la época e incluso llegó a hacer una modesta carrera política; dejando a su muerte numerosos apuntes y un pequeño modelo de madera de la “Tierra Hueca”, que se exhibe actualmente en la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia.
Hasta el momento nadie ha dedicado ni el más mínimo esfuerzo para corroborar lo dicho por Symnes. La gente supuso que lo único que estaba hueco era su cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario