domingo, 31 de mayo de 2009

JACQUES-YVES COSTEAU

Antes de Cousteau no se conocía más que la superficie del océano, y sus profundidades constituían un mundo desconocido y amenazador. Más él logró descubrir para la humanidad toda la belleza paradisíaca que se escondía en el fondo de los mares. Una sinfonía de peces y plantas hasta entonces jamás vistas por los hombres que dio a conocer a través de sus numerosas películas y libros.
Jacques-Yves Cousteau se mantuvo navegando por los mares durante cuarenta años, convirtiéndose en el más grande apasionado y acérrimo defensor de nuestro planeta y la ecología. Logrando en vida innumerables reconocimientos y el respeto de los dirigentes de numerosos países, a quienes acudía en su búsqueda incansable de apoyo para proteger la tierra, los océanos y las especies que en ellos habitan, de las locuras asesinas de nuestro tiempo.
Este renombrado investigador de los mares nació en Francia el año de 1910, y su primera gran experiencia con las profundidades la realizó intentando filmar los restos de un barco y los magníficos fondos marinos del Mediterráneo. Todo ello con una cámara metida dentro de un frasco.
Con la ayuda de un amigo suyo, inventó un equipo de respiración submarina basado en aire comprimido dentro de una botella; este novedoso invento eliminó las pesadas escafandras unidas por un tubo de aire a la superficie y les permitió ganar una buena fortuna con los derechos de fabricación del aparato, además de iniciar a lo grande la filmación de buques hundidos y restos arqueológicos en las profundidades.
En 1950 lord Guinness, un mecenas inglés, le obsequia un antiguo dragaminas británico, que una vez transformado se convirtió en el Calypso; navío que serviría de valioso aliado en la realización de sus investigaciones.
Con un selecto equipo de submarinistas-cineastas revoluciona las técnicas de filmación submarinas, realizando una excelente película con el apoyo del cineasta Louis Malle, misma que fue llamada “El mundo del silencio”, la cual les hace merecedores a la Palma de Oro del Festival de Cannes de 1956.
El Calypso recibió a científicos de las más diversas disciplinas: geólogos, geofísicos, biólogos, zoólogos, arqueólogos y ecologistas, mismos que contribuyen al descubrimiento y estudio de los mares. De todo ello surgieron una cincuentena de libros, dos enciclopedias, varias películas y un centenar de documentales que fueron transmitidos por televisoras de todos los países.
Además de todos sus valiosos estudios y descubrimientos, fue ampliamente conocido por sus protestas contra la contaminación de los mares, llevando incluso sus quejas hasta el mismo recinto de la ONU y fundando organizaciones para la defensa del medio ambiente en diversas partes del mundo.
El 8 de enero de 1996 el Calypso zozobra en el puerto de Singapur. Casi acompañó hasta el final de su viaje a Cousteau, ya que este falleció el año siguiente, el 25 de junio de 1997 a la edad de ochenta y siete años.

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