martes, 2 de junio de 2009

CHARLES SIMONYI, TURISTA ESPACIAL

Cuando Charles Simonyi tenía 17 años llegó a los Estados Unidos procedente de su natal Budapest en Hungría. Un chico sin duda bastante inteligente que logró de inmediato destacar en sus estudios y manifestando un interés desmedido en todo lo relacionado con la computación. Su interés por la tecnología, le llevó a conseguir un doctorado en Ciencias Informáticas en la Universidad de Stanford, logrando luego sumarse al equipo de la compañía Xerox, en donde realizó un papel sumamente sobresaliente.
De Xerox, luego pasó a formar parte del equipo de Microsoft, donde sus bonos subieron como la espuma al convertirse en el creador e impulsor de dos sistemas básicos para las computadoras: el Word y el Excel, lo cual le generó enormes dividendos económicos, convirtiéndose en multimillonario, gracias a la excelente negociación que tenía firmada con Microsoft para proteger los derechos de sus creaciones.
Posteriormente, el año de 1981, se separa de Microsoft para fundar su propia compañía, la Internacional Software Corp., y con esta nueva maniobra, los millones de dólares continuaron abultando su cuenta bancaria.
Pues bien, este ilustre señor, se dio el capricho de pagar 25 millones de dólares, para ser de los pioneros en formar parte del elitista proyecto de turismo espacial. Para lo cual tuvo que someterse a un riguroso examen médico, e integrarse a un curso de entrenamiento de seis meses, mismo que se realiza en Star City, Rusia, para luego integrarse al equipo de cosmonautas de ese país que volarán en una nace Soyus rumbo a la Estación Espacial, utilizando dos días para navegar por el espacio y ocho en el complejo orbital antes de regresar a la tierra.
El multimillonario expresó en una entrevista que desde pequeño ha estado muy interesado en el espacio, y a los 13 años ganó una trivia sobre el espacio y cuyo premio fue un viaje a Moscú y la oportunidad de conocer a uno de los primeros cosmonautas, Pavel Popovich.
Declara además Simonyi, que el propósito de este viaje, es contribuír de esta manera al apoyo de los vuelos espaciales, ayudando a la investigación del espacio y motivando a la niñez a interesarse en la ciencia.
Muy lindas sus palabras. Ufff que hermoso que un multimillonario saque la chequera y haga un cheque con bastantes ceros, para contribuir de esta manera al apoyo de los viajes espaciales, a cambio de irse a dar un pequeño viajecito por el espacio. Pero escuche usted lo siguiente.
Una organización altruista, que está luchando por amortiguar el hambre en Africa, se comunicó con Mr. Simonyi, para solicitarle un donativo a favor de esta causa, y por supuesto que este ilustre multimillonario acepto apoyar la causa, así que la organización altruista envió a unos de sus representantes a la residencia de mr. Simonyi, donde fueron recibidos por el encargado de la servidumbre, ya que el multimillonario estaba bastante ocupado para atenderlos, y les fue entregado un cheque por $20.00 dólares.
Auque le pareza increíble!. Este señor no titubeó en gastarse 25 millones de dólares en un caprichoso viaje espacial, pero tratándose de los pobres que se están muriendo de hambre, ahí si que le dolió más de lo debido el bolsillo y solo le alcanzó la generosidad para $20 mugrosos dólares. Qué lástima que no rompieron el cheque y arrojaron los pedazos sobre la desmpampanante alfombra de la sala de su residencia. Hubiera sido lo más correcto. O usted que opina?

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