miércoles, 27 de mayo de 2009

LA MUERTE ME DA RISA

Al norte de Rumania, e la ciudad de Sapanta, existe un pueblo de cinco mil habitantes, que destaca por lo pintoresco y está situado cerca del río Tisa, en la frontera con Ucrania. Pero a pesar de que es un pueblo rústico y hermoso, lo que más llama la atención es su cementerio, al que llaman “Cementerio feliz” o “Cementerio alegre”, porque todo aquél que entra ahí, siempre termina por soltar la carcajada.
No es un cementerio cualquiera por supuesto, es único en el mundo, ya que está adornado con ricas tallas de madera, retratos de los muertos y epitafios alegres e irónicos en las lápidas.
Todos los domingos, jóvenes, adultos y viejos visten sus trajes típicos para celebrar los ritos de su religión ortodoxa. Son muy alegres y festivos, y dentro de su forma de ser no existe el miedo a la muerte, ya que la consideran un fenómeno natural que lo aceptan, aunque por supuesto que jamás van en busca de ella.
Esto se muestra a la perfección en la construcción de las tumbas en el cementerio. Como es una tierra de grandes ebanistas, todas las tumbas han sido talladas, pintadas de azul y decoradas con el retrato del difunto, representándolo en su trabajo o haciendo lo que más le gustaba en la vida. Bajo la talla pintada de la persona fallecida, sigue un epitafio siempre en primera persona.
Las hermosas cruces pintadas en colores claros –azul, blanco, verde y rojo- son auténticas obras de arte popular, únicas en Europa, creadas en su mayoría por un gran maestro artesano, llamado Stan Ioan Patras, que aunque ya cambió su residencia al alegre panteón, dejó sus grandes conocimientos a una buena cantidad de discípulos, quienes se encargan actualmente de realizar las tallas.
Un arte muy alegre sin duda, y para que usted se de cabal cuenta de este simpático y original cementerio, permítame leerle algunos de estos ocurrentes epitafios que ahí se encuentran:
“Aquí descansa mi suegra, si hubiera vivido otro año más, yo ocuparía su lugar”
“Y otra cosa que mucho me gustaba era sentarme al calor de una taberna acompañado de un vaso de vino y una mujer siempre que fuera la mujer de otro.”
“Aquí descanso yo me llamo BRAIC ILEANA, cinco hijos he tenido que Dios la vida les dio GICA, que tú seas perdonado si me apuñalaste cuando viniste borracho del pueblo.
“Aquí me tienes descansando, lo que nunca pude hacer en la vida.
Seguramente tú muy pronto vendrás a hacerme compañía”“Arde en el infierno, maldito taxi que viniste de Sibiu. Con todo lo grande que es Rumanía. ¿No pudiste encontrar otro lugar donde pararte?. ¿Tuvo que ser frente a mi casa, para matarme?”
Y algunos más, que son expresiones de quien estuvo cerca de ellos en vida:
«Señor, recíbela con la misma alegría con la que yo te la mando»
«Ya estás en el paraíso, y yo también»
«Aquí yaces y yaces bien, tú descansas y yo también»
«Tanta paz encuentres, como tranquilidad me dejas»
«Aquí yace mi mujer, fría como siempre»
«Aquí yace mi marido, al fin rígido»
«Aquí te espero»

No hay comentarios: