viernes, 25 de julio de 2008

EL BILLETE AUTOGRAFIADO

Elvis Presley, el rey del rock & roll, era un tipo excéntrico y derrochador en todos los sentidos. En tan solo quince días se gastó 38 000 dólares en pistolas de todos los calibres y 80 000 dólares más en la compra de seis Mercedes Benz. Algo totalmente absurdo, ya que solía portar siempre la misma pistola, una 45 enjoyada, y utilizar el mismo carro, un Cadillac Amarillo que combinaba pésimamente con sus trajes de terciopelo morado, su color favorito junto con el blanco.
Un amigo de infancia, quien era sheriff de Memphis, le regaló una credencial que lo acreditaba como oficial de antinarcóticos. Y con ella en mano visitaba los antros buscando músicos que consumían droga. Entraba a los camerinos y los sermoneaba duramente amenazándolos que si continuaban así los metería a la cárcel, ya que su vicio acabaría destruyendo a los Estados Unidos. Lo que más molestaba a Elvis era que su credencial tan solo era válida en Memphis, así que fue directamente con el presidente para resolver el problema, y por supuesto que le resolviera el problema. Ni siquiera Nixon pudo negarle un favor al “Rey del Rock & Roll”
En esa visita a la Casa Blanca, uno de los guardias le solicitó un autógrafo, y como no traía ningún papel a la mano, el guardia sacó un billete de $ 50 dólares y Elvis ahí estampó su firma. Al llegar a casa, el guardia lo colocó en un marco, mismo que luego colgó en el centro de su sala, para presumir a sus amistades. Hasta que años después, su mujer, desesperada por una crisis económica, sacó la reliquia del marco y con ella pagó una cuenta en el supermercado.

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