lunes, 28 de julio de 2008

UN BOLETO PARA MADONNA

Siempre he sido un gran amante de la música. Me he dedicado a ella, sin ser músico, por más de 30 años. Mi colección de discos provocaría la envidia de muchos, ya que los he coleccionado desde que tenía 15 años. Y he tenido la oportunidad de conocer, e incluso en ocasiones convivir con muchos ídolos del rock y del pop. Hasta me he tomado fotografías con algunos de ellos. Y aún así hay ciertas cosas que no comprendo.
Ante un grupo de amigos, Karla, llena de gran regocijo, comentó con entusiasmo que había logrado conseguir un boleto para el concierto de Madonna en la Ciudad de México. Le costó la estratosférica cantidad de $ 7.000 pesos ($700 dólares). Aquello me pareció inaudito, porque esto significa el equivalente a más de mes y medio de su sueldo laboral. ¡O sea que esta chica trabajará todo este tiempo tan solo para darse el lujo de ver un espectáculo de Madonna que no dura más de dos horas!. Además, como no vive en la capital de México, tendrá que gastar dinero adicional para el viaje y hospedaje. Esto significa que dos meses de su salario serán derrochados en un lujo francamente innecesario..
-“¿Porqué te atreves a gastar tanto dinero en semejante cosa?”- le pregunté. Y ella sin razonar en lo más mínimo mi pregunta, con una amplia sonrisa me contestó: -“Es que ver a Madonna vale eso y mucho más”-.
Me sentí totalmente desconcertado. Y como todo un “aguafiestas”, volví a la carga con una pregunta adicional: - “¿No te haría más feliz comprar despensas y repartirlas entre la gente muy necesitada?, te aseguro que si lo hicieras sería un momento tan grandioso en tu vida que nunca lo olvidarías”.- Ella se encogió de hombros y me respondió. –“No tengo dinero para algo así, mi boleto lo compré con la tarjeta de crédito”-
Ya no quise decir nada. No cabe duda que por esto y muchas cosas más nuestro mundo está loco, loco, loco.

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