domingo, 3 de agosto de 2008

EL BUFÓN DEL REY

Se cuenta que en tiempos remotos, en la antigua Italia, para evitar que el publico se aburriera mientras se cambiaban los decorados en las funciones de teatro, salían a escena unos cómicos con los cachetes inflados de aire, que hacían gestos exagerados y muchas gracejadas, y que se daban unos a otros de bofetadas haciendo que el aire fuera expulsado bufando de su boca de una forma ruidosa y divertida, provocando con ello las carcajadas del público. De ahí nació la palabra bufón, viene de la palabra italiana “buffare” que significa soplar, y al cómico que salía con la boca llena de aire y recibía de bofetadas lo comenzaron a llamar a partir de entonces “bufón”. Término que ahora se aplica a la persona que se pone en ridículo para hacer reír a los demás.
Pero es en la edad media cuando el bufón adquiere un papel extremadamente relevante, ya que formaron parte de las cortes de palacio. Muchos piensan que el papel de bufón en esos tiempos era el tonto que se dedicaba a hacer gracejadas para el rey, y que ese papel podía ser ocupado por cualquier persona con ciertas habilidades y gracia, casi como cualquier payaso común, pero no es así. Ser bufón de la corte requería de mucha astucia, inventiva y creatividad. En realidad eran personajes muy astutos y hábiles en su pensamiento.
Lejos de ser un trabajo humillante, el de bufón de la corte era una tarea durísima que requería inventiva, creatividad, prontitud para la respuesta y enorme seguridad en sí mismo.
Los bufones se exhibían ante soberanos y príncipes y debían, si se les requería, responder con rimas, ganándose la confianza y simpatía de los monarcas. Era un trabajo sumamente delicado, porque estaban a expensas del humor y capricho de los soberanos. No pocos, en la historia, terminaron en la cárcel, torturados y hasta asesinados.
Lucían vestimentas coloridas y brillantes y portaban bastones que tenían las empuñaduras talladas con la cabeza de un bufón. Aunque por lo general los bufones tenían la misma condición de cualquier sirviente, hay evidencias de que algunos llegaron a gozar de grandes privilegios de parte de sus amos. Triboulet, bufón del rey francés Francisco I, era llevado a las campañas militares, pero el ruido de los cañones le asustaba tanto, que corría a esconderse debajo de la cama. En una ocasión fue amenazado de muerte y, al poner en aviso a su rey, éste le respondió que no se preocupara, que el hombre que se atreviera a matarlo sería asesinado media hora después. Entonces Triboulet, mirando preocupado al rey, respondió: “No podría su majestad hacerlo ejecutar media hora antes?”

No hay comentarios: