sábado, 2 de agosto de 2008

LA FOTO DEL CHE

El 4 de marzo de 1960 la tranquilidad de la Habana fue interrumpida por una serie de explosiones. Un buque francés cargado de armas destinadas a los revolucionarios cubanos se hundió a causa de un sabotaje, resultando muertos 136 tripulantes y perdiéndose por completo la valiosa carga que transportaba.
Inmediatamente Fidel Castro, quien el año anterior había tomado el mando de la nación, convocó a un acto en homenaje a las victimas. Al día siguiente Castro pronuncia uno de sus célebres discursos aludiendo al imperialismo yanqui, a quien le atribuyeron tan lamentables hechos. El pueblo enardecido apoyaba cada una de las frases del mandatario cubano, quien por cierto pronunció por vez primera en aquella ocasión su consigna “¡Patria o Muerte!”.
A unos cuantos metros y perdido entre la multitud se encontraba Alberto Korda, un hombre que jamás tuvo en sus manos un fusil, ni era político, ni siquiera cortador de caña y sin embargo su corazón estaba totalmente comprometido con la revolución cubana. Korda tenía en cambio una cámara fotográfica que capturó imágenes muy valiosas que promocionaron la revolución como quizás nadie llegara a imaginarlo.
Realizó varias tomas históricas de Fidel y de los ilustres personajes que lo acompañaban. Y de pronto, apareció en un primer plano el Che Guevara, quien se asomó por unos momentos para apreciar la ira de la gente. Korda imprimió dos placas del Che y entregó las fotografías al periódico “Revolución” para que ilustraran la reseña de aquél histórico evento.
La reseña apareció al día siguiente con varias fotografías de Fidel y sus invitados especiales, más la del Che no fue publicada, quedando en el olvido dentro de un archivero. Fue hasta el verano de 1967, pocos meses antes de la muerte de Guevara en Bolivia, cuando llegó a su taller el editor columnista Giancomo Feltrinelli, solicitando una foto del líder guerrillero para realizar un poster. Korda le entregó las dos únicas copias que tenía y se olvidó del tema.
Pocos meses después una de aquellas fotografías se convirtió en uno de los principales símbolos de la rebelión estudiantil de mayo de 1968 y apareció en los diarios de todo el mundo, llegando a ser considerada una de las fotografías más famosas tomadas a una celebridad.
En esta clásica foto del Che, que todos hemos visto infinidad de veces, el líder revolucionario aparece portando una boina con una estrella al centro y el pelo largo revuelto por el viento. Su intensa mirada y expresivo rostro muestran determinación e idialismo, por lo cual se convirtió en auténtico estandarte del movimiento socialista.
La fotografía ha sido utilizada hasta el cansancio. Camisetas, posters, pins y todo tipo de artículos han requerido de esta imagen. Se ha sobre escplotado, sin que Korda hiciera nada para impedirlo, porque según su opinión él no debía lucrar con la imagen del socialismo. Aunque todo tiene un límite, y este llegó cuando se enteró que el Vodka Smirnoff se apropió de la fotografía para publicitar su famosa bebida.
Alberto Korda entabló una demanda contra la agencia publicitaria que realizó la campaña, la cual culminó en una indemnización para el fotógrafo de 50 mil dólares, mismos que donó íntegramente a un hospital infantil cubano para adquirir medicamentos.

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