miércoles, 29 de octubre de 2008

LA BURUNDANGA

En el los Andes sudamericanos, parte de Colombia y Perú existe un árbol llamado Brugmansias, aunque popularmente lleva los nombres de Borrachero, Campanilla, Floripondio, Huanto, Huacacachu, Maicao, Tongo y otros.
De este árbol se extrae una sustancia muy especial que llaman científicamente escopo-lamina, misma que desde tiempos muy remotos la utilizaban los chamanes o curanderos de las tribus para el tratamiento de enfermedades. Los chibchas de Colombia la mezclaban con un fermento obtenido del maíz llamado chica, el cual le daban de beber a los esclavos y viudas de los líderes muertos para llevarlos a un estado de letargo antes de ser quemados vivos junto al cadáver de su amo o esposo.
En Perú era fermentada y agregada a otras sustancias para producir el medio ideal de comunicación con sus ancestros logrando una especie de hipnosis con alucinación colectiva. También se ha empleado esta sustancia en los rituales del vudú como parte de la manipulación o sugestión de sus seguidores o víctimas.
En tiempos de la Segunda Guerra Mundial, una expedición alemana llevó muestras de la planta a la Alemania Nazi, donde el nefasto profesor Mengele, experimentó con ella en lo que denominó “suero de la verdad”
También al parecer fue una droga utilizada por la CIA para aplicarle en sus detenidos en proceso de investigación.
Pero en la actualidad, se le conoce como Burundanga, y es una terrible arma que ha caído desgraciadamente en manos de los delincuentes. Al parecer hacen que su víctima la consuma a través de un engaño, y poco después anulan totalmente su voluntad, convirtiéndolo en un ser del todo indefenso capaz de obedecer cualquier indicación que se le haga. Y bajo estas circunstancias le pueden inducir a cometer cualquier tipo de delito.
Quien consume burundanga comienza por tener visión borrosa, resequedad en la boca y estreñimiento. A nivel del sistema nervioso produce sedación, embotamiento, alucinaciones, confusión y alteración de la química.
De esta forma los delincuentes pueden violar mujeres sin que opongan ninguna resistencia, o le roban sus pertenencias a las personas, al grado de que hasta la misma víctima colabora ayudándoles a cargar las cosas, o yendo con ellos al cajero automático para sacar el dinero de su tarjeta.
Este problema se ha incrementado en los últimos años en Sudamérica. Vacían las casas y oficinas de sus víctimas, les dejan en ceros sus cuentas bancarias, y lo peor de todo es que cuando recobran la lucidez, no recuerdan absolutamente nada, les queda una enorme laguna mental, donde lo único que se recuerda es que comenzaron a sentir mareos y a partir de ese momento perdieron la conciencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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