martes, 28 de octubre de 2008

LA CIUDAD DE LOS ESPEJOS

De noviembre a febrero, la ciudad austriaca de Rattenberg, vive prácticamente en las tinieblas. Es un lugar que en esta temporada se vuelve oscuro y frío, por lo cual la población poco a poco va disminuyendo. La ciudad fue levantada en el siglo XIV junto a la colina de Rat, de 900 metros de altura, con la intención de protegerla de los invasores, pero la colina que la cubre impide que los rayos solares alcancen la ciudad en los meses de otoño e invierno, por ello la ciudad tiene ahora una enorme cantidad de casas vacías. La gente emigra a regiones menos inhóspitas y frías.
La falta de luz solar incide en el estado de ánimo de las personas. Diversos estudios científicos han demostrado que la luz solar es saludable para el ser humano, porque modifica determinadas sustancias cerebrales que juegan un papel importantísimo en los trastornos efectivos. La luminosidad mejora en definitiva nuestros estados de ánimo.
La carencia de luz solar lleva a la melancolía y la depresión y en Rattenberg están dispuestos a solucionar este problema, utilizando para ello tecnología avanzada.
El proyecto, presentado por una empresa austriaca, consiste en instalar 30 heliostatos o espejos rotatorios, que se situarán a un lado de la colina de Rat, y que atrapará los rayos solares para enfocarlos a los edificios de ciudad, y que con dicho reflejo esté de nuevo totalmente iluminada durante el día.
Un heliostato es un dispositivo capaz de rastrear el movimiento del sol. Se utiliza para orientar un espejo, durante el día, con el fin de que éste reflecte la luz del sol en una dirección concreta. Cuando se unen varios helióstatos para que trabajen a la vez, la luz que se emite puede generar una gran cantidad de luminosidad y calor orientados hacia un mismo objetivo.
En principio, los heliostatos fueron creados como instrumentos de observación, que permitían estudiar puntos que se hallaban a cierta distancia. Estos artefactos pueden ser utilizados para generar luz interior, en observatorios solares y también para generar energía solar.
Un heliostato básico utiliza un mecanismo de relojería para girar el espejo en sincronía con la rotación de la Tierra. Artefactos más complejos pueden seguir el cambio de la posición del sol durante cada año solar e incluso rastrear el sol a diario, de manera que conocen su situación exacta en cada momento.
De esta forma, el calor y la luz permanecerán durante más tiempo sobre la ciudad, lo que evitará que la gente emigre y permitirá que sea más feliz en su lugar de origen. A menos de un kilómetro de Rattemberg, al otro lado de la colina que proyecta su sombra sobre la ciudad, se encuentran poblaciones que no tienen este problema, y que disfrutan de más tiempo de luz natural cada día. Resulta muy fácil, por tanto, que la población vaya yéndose de allí en busca de un lugar donde la luz brille más y por más tiempo durante los largos meses de invierno.
Este sistema ya está siendo utilizado en diversas partes del mundo, aunque jamás se ha empleado para iluminar una ciudad entera. Pero no será barato. La Unión Europea solventará la mitad del costo de 2,4 millones de dólares y la empresa dice que aportará los 600.000 dólares que insumirá la planificación del proyecto, apostando a que el éxito les generará muchos otros clientes, ya que tan solo en la región del Tirol, en los Alpes, 60 poblaciones tienen el mismo problema que Rattenberg, aunque otras ciudades austriacas y suizas están a la espera de ver la funcionalidad del proyecto para aventurarse a iluminar sus poblaciones con este sistema.

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