miércoles, 29 de octubre de 2008

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA II

A su regreso a España, Miguel de Cervantes Saavedra, ya con treinta y tres años, de los cuales los últimos diez los había pasado en cautiverio, se encontró con su familia empobrecida y endeudada, en gran parte por el rescate pagado. Cervantes renunció a la carrera militar; se entusiasmó con ocupar un puesto como funcionario de Indias, y por desgracia fracasó en su intento impidiendo la posibilidad de que viniese a América. Más encontró consuelo en los brazos de una mujer casada llamada Ana de Villafranca y de esta relación nació su hija Isabel, criada por su madre y el marido de esta mujer.
Tenía 37 años cuando Miguel se casó con Catalina de Salazar y Palacios, una muchachita campesina de tan solo 18 años. Debió sin duda haberse sentido orgulloso de haber logrado un compromiso de esta magnitud. Un hombre maduro que consigue una jovencita hermosa y sencilla, más por desgracia, y al parecer, el amor no fue la característica de esta unión. Fue en ese tiempo cuando Cervantes escribió su primera obra importante, La Galatea, una novela pastoril con un estilo que se había puesto de moda 50 años atrás. Su editor le pagó 1 336 reales por el manuscrito. Fue una cantidad modesta, pero respetable. Y por fortuna el libro tuvo muy buena acogida, lo cual animó a Cervantes a dedicarse a escribir comedias, terreno en el cual logró cierto éxito. Escribió 20 o 30 obras, de las que se conocen tan solo nueve de ellas, pero el éxito arrollador de Lope de Vega en este terreno, pareció desanimarlo y dejó de realizar esta actividad, misma que retomaría al final de sus días.
En 1585 se integró a un círculo literario en Madrid, donde alternaba con los escritores de su tiempo y leía sus obras, manteniendo una constante rivalidad con Lope de Vega. Consiguió además el puesto de comisario real de abastos (recaudador de especies) para la Armada Invencible, y esta actividad le acarreó demasiados problemas, por su desmedido celo en el cumplimiento de su deber. Se enfrentó con la Iglesia por su excesivo celo racaudatorio y fue excomulgado, después fue encarcelado acusado de vender parte del trigo recaudado. Y los problemas siguieron, porque apenas salió de la cárcel, murió su madre y partió d Andalucía a Madrid, donde fue nombrado recaudador de impuestos, para su mala fortuna quebró el banquero a quien entregó importantes sumas de lo recaudado y fue a dar de nueva cuenta con sus huesos en prisión, esta vez en Sevilla, donde permaneció detenido por cinco meses.
Con una vida tan difícil y ajetreada, resulta difícil pensar que Miguel de Cervantes se haya puesto en esos tiempos a escribir, pero lo hizo y a principios de 1605, apareció en Madrid “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”. Cervantes era por ese tiempo un personaje descolorido, flaco, empobrecido, con una familia llena de problemas y una pésima situación en todos los sentidos. Por ese entonces tenía cincuenta y ocho años y su mundo era problema tras problema. Pero su famoso Quijote gustó desde el principio dándole pronta fama, aunque económicamente no fue grande lo recibido.
Sus hermanas, quienes ya hemos dicho que no eran tan pulcras y santas, se vieron envueltas en un serio problema, ya que un caballero a quien ellas atendían, tras ser herido murió a las puertas de su casa. Y fue tal el escándalo que la policía vino y arrestó a todos los de la casa, incluyendo a Miguel de Cervantes, quien unas horas después fue liberado. Mientras tanto su Quijote de la Mancha día con día iba cobrando más fama. Y de pronto, gran sorpresa le provocó el saber que apareció una segunda parte del Quijote, proclamada como auténtica continuación de su obra, y realizada por un tal Avellanada. Aquél fue un golpe duro, ni siquiera había leyes que defendieran sus derechos, por lo que fácilmente aquél vivales se aprovechó de la popularidad de su obra para hacerse de algo de dinero, sin que nadie pudiese hacer absolutamente nada.
Por ese tiempo Miguel de Cervantes estaba completamente enfermo, pero escribía a un ritmo imparable. Fruto de ello surgieron las Novelas ejemplares, el Viaje al Parnaso, Las Ocho comedias y ocho entremés nuevos nunca antes representados, y acabo aquél año de 1615 la segunda parte del Quijote, que aparecería en el curso del mismo año.
El 19 de abril de 1616 totalmente acabado y enfermo recibió la extremaunción. En aquél momento estaba terminando su novela Los Trabajos de Persiles y Segismundo. Al día siguiente redactó la dedicatoria de la obra al conde de Lemos donde decía lo siguiente: “Ayer me dieron la extremaunción y hoy escribo ésta; el tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir…”
Antes de morir, Miguel de Cervantes Saavedra se dio cuenta que había escrito una gran obra, comenzaron a circular traducciones al inglés y al francés del Quijote. Parecía como si el mundo quisiera otorgarle una respetable despedida, ya que el éxito de su obra se incrementó desmesuradamente en esos días. Pero ya no había tiempo para festejos y celebraciones. Miguel de Cervantes Saavedra, murió el 22 de Abril de 1616, asistido por su esposa y una de sus sobrinas; vestido con hábito franciscap y enterrado en un convento, sin que nadie hoy en día sepa en donde quedó exactamente su tumba.

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