Todo el día la tienda estuvo sola; esporádicamente apareció algún cliente con más intención de perder el tiempo que de otra cosa, más el panorama cambió a partir de las seis de la tarde. Uno tras otro comenzaron a llegar los clientes y pronto se vio a todo el personal envuelto en intensa actividad. Y de pronto sucedió lo inesperado… un niño derribó accidentalmente un cartón publicitario, provocando un efecto dominó, que terminó por dañar un equipo estereofónico que se tenía exhibición.
Todos enmudecimos ante los hechos. Nos quedamos petrificados esperando una violenta reacción del padre del pequeño. Más éste, se acercó al niño, lo abrazó y le dijo: -No te preocupes hijo, solo fue un accidente, ahorita lo arreglamos-, luego, se dirigió a su esposa para solicitarle que llevara al niño a comprar un helado, para que se le bajara el susto. Cuando la madre salió con el pequeño tomado de la mano, aquél admirable padre, se acerca al vendedor y sonriendo le dice: -Mi amigo, acaba usted de hacer una buena venta, ¿me puede hacer la cuenta por favor?- El vendedor, sin reponerse aún de la sorpresa, tan solo alcanzó a balbucear: -Sí señor, ahorita lo arreglamos-
Después de que el equipo fue empacado (el cual por fortuna tan solo se dañó un poco en su apariencia), y la cuenta fue liquidada, el gerente se acercó al hombre y le dijo: -Lo felicito, es usted un padre muy padre-
Todos enmudecimos ante los hechos. Nos quedamos petrificados esperando una violenta reacción del padre del pequeño. Más éste, se acercó al niño, lo abrazó y le dijo: -No te preocupes hijo, solo fue un accidente, ahorita lo arreglamos-, luego, se dirigió a su esposa para solicitarle que llevara al niño a comprar un helado, para que se le bajara el susto. Cuando la madre salió con el pequeño tomado de la mano, aquél admirable padre, se acerca al vendedor y sonriendo le dice: -Mi amigo, acaba usted de hacer una buena venta, ¿me puede hacer la cuenta por favor?- El vendedor, sin reponerse aún de la sorpresa, tan solo alcanzó a balbucear: -Sí señor, ahorita lo arreglamos-
Después de que el equipo fue empacado (el cual por fortuna tan solo se dañó un poco en su apariencia), y la cuenta fue liquidada, el gerente se acercó al hombre y le dijo: -Lo felicito, es usted un padre muy padre-
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