El violonchelo es un instrumento valioso y delicado, que para viajar se convierte en un objeto verdaderamente incómodo, sobre todo en los aviones. No se puede enviar como equipaje por las elevadas probabilidades de que llegue a su destino hecho pedazos, pues las bandas de los aeropuertos están diseñadas para manejar maletas. No se puede meter en la cabina, libre de cargo, como los violines, porque no cabe debajo del asiento ni en los compartimientos superiores de equipaje de mano. Debe, pues, viajar como un pasajero cualquiera y ocupar un asiento. Las reglas indican que el violonchelo debe pagar tarifa normal y colocarse en un asiento de ventanilla que no coincida con la salida de emergencia.
A pesar de la claridad de las reglas, los empleados de la venta de pasajes de muchas compañías de aviación se desconciertan cuando llega alguien a comprar un boleto para un violonchelo. Empiezan a consultar manuales o a llamar a supervisores y se pierde a veces tiempo considerable. Por ello, Carlos Prieto, optó por comprar el boleto con el nombre de Chelo Prieto, sin especificar si es señora, señorita o instrumento musical. El nombre que aparece en general es Srita. Chelo Prieto o Miss Cello Prieto e inclusive tiene una tarjeta de viajero frecuente con ese nombre. Y para utilizar el kilometraje acumulado, se ve en la necesidad de falsificar la firma de Miss Cello Prieto.
En 1985, el maestro Carlos Prieto realizó una gira de conciertos que incluía ciudades de Rusia, Estonia, Lituania y Letonia.
Dentro de esta gira hizo escala en Riga, donde fue preciso bajar de la aeronave para revisión de los pasaportes. Al regresar a sus asientos las azafatas se alarmaron al descubrir que había desaparecido un pasajero. Y para colmo de males era extranjero!. Las azafatas iban y venían, presas de gran nerviosismo. Carlos Prieto se imaginó lo que sucedía y acercándose a las azafatas les preguntó si podía ayudarles a encontrar al pasajero faltante. Lo miraron con desconcierto y casi con indignación. Más su expresión cambió cuando les informó que el pasajero perdido se llamaba Chelo Prieto y estaba sujeto a su asiento, porque se trataba de su violonchelo.
En noviembre de 1999 el maestro llegó
6 comentarios:
Que magnifica y encantadora historia, muchas gracias
que increíble historia y muy graciosa
Que genial manera de relatarlo hace muy amena la información, muchas gracias!
Falta la historia que él mismo cuenta, de cómo llegó "Chelo" de Eurooa.
Falta la historia que él mismo cuenta, de cómo llegó "Chelo" de Eurooa.
Tuve la oportunidad de conocer al Maestro Carlos Prieto en Quito Ecuador, En la presentación del Libro "Mis recorridos musicales alrededor del Mundo. La música en México y notas autobiográficas". Asi como escuchar su interpretación al Violonchelo Excelente persona.
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